Paradores pacta implantar un nuevo modelo de reconocimiento facial en julio y Correos retrasa la activación de un sistema digital hasta 2020.
La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) presume de que las 15 empresas de su portfolio disponen de sistemas de registro horario desde la época del antiguo INI, cuando había un hólding estatal de empresas industriales con un peso fundamental en la economía del país en las que trabajan más de 73.000 trabajadores. Sin embargo, no todas las empresas públicas están adaptadas a la nueva Real Decreto Ley 8/2019, la regulación impulsada desde el Ministerio de Trabajo. A algunas no les ha quedado más remedio que negociar con los representantes sindicales una prórroga.
\»Las empresas no se han tomado en serio el Registro Horario Obligatorio\», ha declarado la ministra de Trabajo en funciones, Magdalena Valerio, después del aluvión de críticas recibidas por el caos desencadenado por una norma que llevaba aprobada desde hace más de dos meses, pero cuya implantación efectiva ha cogido a muchas empresas sin los deberes hechos. En parte también por la demora del Ministerio a la hora de publicar la guía por el Ministerio de Trabajo que debía orientar la aplicación de la nueva regulación, que no vio la luz hasta el 12 de mayo, el primero en que la obligación de disponer de un Control Horario se hizo efectiva para las empresas.
Es el caso de Paradores. La dirección de la empresa estatal que gestiona el cerca de un centenar de espacios singulares se reunió con los representantes sindicales para plantear un calendario de implantación del nuevo sistema de control de horarios de la compañía.
Paradores pretende extender a sus 93 establecimientos el sistema de reconocimiento facial que ya ha activado en 22 de ellos en un plazo no superior al 31 de julio.
Paradores ha tenido que optar por el sistema de reconocimiento facial -que exige una inversión de entre 500 y 1.000 euros por dispositivos- debido a que entre las trabajadoras de la limpieza es habitual que sus huellas no sean reconocibles por el efecto del uso de químicos en su trabajo cotidiano.
Otra de las empresas que ha tenido que negociar una prórroga temporal es Correos. El operador postal estatal ha acordado con los sindicatos la utilización de un sistema analógico de registro de jornada, a través de una hoja de firmas en la que quedará reflejado tanto el inicio como el fin de la jornada de cada empleado, mientras prepara su infraestructura tecnológica para la implantación de un sistema digital, que no llegará hasta principios del año 2020.
El sistema de \’hoja de firmas\’ elegido por Correos está al límite del cumplimiento de los principios de \»fiabilidad, trazabilidad e imposibilidad de enmienda posterior\» que exige la norma, pero la compañía ha alcanzado un acuerdo con los sindicatos lo que según la norma gubernamental blinda la voluntad de cumplimiento de las empresas en tanto se establece un sistema más definitivo.